10 de junio de 2008

Turismo y calentamiento global


Por: Alvaro León Pérez Sepúlveda

Turismo y calentamiento global son dos conceptos que a primera vista no parecen muy relacionados. Sin embargo, la actividad turística se encuentra actualmente amenazada por el aumento de las temperaturas a nivel mundial, un fenómeno climático que afecta directamente a sectores vinculados al turismo como la pesca, las estaciones y los patrimonios arquitectónicos y naturales de la humanidad.

Aunque el tema se ha vuelto más notorio y preocupante en los últimos años, los efectos han sido notorios desde tiempo atrás. El año pasado la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y de Montaña de España anunció una reducción de hasta el 50 por ciento en sus ingresos, debido a temperatura mas altas de lo normal que ocasionaron escasez de nieve en la estación navideña, con el consiguiente sobrecosto que implicó la utilización de cañones para crear nieve artificial, que en cualquier caso requiere unas temperaturas ambientales mínimas para poderse usar. En el año 2006 Roger Seifritz, gerente del centro vacacional Gstaad, ubicado en los Alpes suizos, reportó que ese mes de julio, fue el más caluroso en los registros históricos, con temperaturas que superaron regularmente los 30 grados.

Sitios y monumentos históricos de trascendental importancia turística como el Taj Mahal, el Coliseo Romano, y el Partenón de Atenas también se han visto deteriorados por las lluvias ácidas, un fenómeno estrechamente vinculado al fenómeno de calentamiento global y cambio climático. Incluso el famosísimo David de Miguel Ángel tuvo que ser movido de su ubicación original al aire libre en la Piazza di la Signoria a la Galería de la Academia de Florencia debido a su inminente deterioro por el mismo motivo.
En el caso de Colombia, también existe preocupación por las consecuencias del fenómeno, referidas principalmente a la sostenibilidad de su invaluable riqueza natural y su biodiversidad que representan grandes potencialidades para el país en cuanto a turismo. También son inquietantes las predicciones de los ecologistas sobre el aumento del nivel del mar, que los más radicales predicen de hasta de tres metros a largo plazo, algo que sería verdaderamente catastrófico para las ciudades costeras del país, entre las cuales se encuentra Cartagena de Indias, principal destino turístico nacional e internacional de Colombia. Otros sitios que peligran en el país son los Nevados que inevitablemente van desapareciendo. Gran pérdida natural y turística dada la alta afluencia de personas a estos lugares. Estos son sólo algunos ejemplos de los muchos que habría que citar alrededor de todo el mundo.

Irónicamente, es precisamente el turismo uno de los sectores que más incide considerablemente en el deterioro del medio ambiente y específicamente en el calentamiento del planeta. Se calcula que el 5 por ciento de los gases que provocan el efecto invernadero son generados por la industria turística, la mitad de dicho porcentaje por el transporte de pasajeros. Así lo alertó, el secretario general de la Organización Mundial de Turismo (OMT), Francesco Frangialli, el 27 de mayo de 2008. La OMT es el organismo especializado en turismo del sistema de la ONU, organización que a su vez reporta que el turismo como actividad económica genera hoy un estimado del 10 por ciento de la economía global.

Frangialli no dudó en señalar al cambio climático como el mayor riesgo a largo plazo para la industria y reveló que en 2007, se registraron 900 millones de llegadas internacionales de pasajeros en todo el mundo las cuales aumentarán a 1,100 millones en 2010, y a 1,600 millones en 2020."Ello significa el doble de llegadas en una generación, con un impacto considerable en el medio ambiente", resumió Frangialli, que hizo un llamado al sector a proponerse ser "más ahorrativo en recursos naturales, más sostenible y más solidario".
Ahora bien, turismo sostenible debe entenderse de dos maneras diferentes: Turismo ecológicamente sostenible, y turismo económicamente sostenible, dos metas cuyo cumplimiento simultáneo puede ser todo un reto para la industria. Sin embargo la modalidad del ecoturismo, implantada hoy a pequeña y mediana escala en todo el mundo, viene demostrando repetidamente que es posible lograr conciliar los factores ecológico y económico con excelentes resultados.
No obstante, el ecoturismo continúa siendo solo una forma alterna de viajar y aunque cada vez gana más y más adeptos, todavía el turismo convencional (aquél que más contamina) sigue siendo el renglón más significativo de la industria. Es por ello que la ONU, preocupada los potenciales riesgos de un crecimiento turístico desmesurado e irresponsable con el medio ambiente, ha promovido conceptos y prácticas como turismo responsable, turista ético, ecoturismo o agroturismo, en aras de incentivar un turismo “más lento, de tren y barco, (…) de destinos mas próximos” y en general menos dañino al medio ambiente.

El calentamiento global costará millones de euros en los próximos diez años a la economía mundial si los gobiernos no toman medidas radicales. Estas son las conclusiones de un estudio realizado hace pocos meses, que alerta de que la adaptación al nuevo clima podría afectar a la economía mundial más que las dos guerras mundiales y la crisis de 1929. El estudio elaborado por el antiguo jefe de economistas del Banco Mundial, Sir Nicholas Stern, encargado hace un año por el Ministerio de Economía británico, explica que el recalentamiento del planeta probablemente provocará una gran recesión mundial. Stern ha calculado que la humanidad deberá gastar los próximos años el 1% del PIB anual del planeta, unos 275.000 millones de euros, en el fenómeno, si no quiere tener que invertir en él de cinco a veinte veces más una vez el problema se agrave.

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